Tiempos infernales para la hostelería
El COVID-19 lleva a la hostelería vasca al cierre
Objetivo del Desarrollo Sostenible nº8: Trabajo decente y crecimiento económico
Las calles desnudas, mudas y sin palabras. Locales sin vida, sin carcajadas, sin murmullos, lo que antes eran lugares de reuniones ahora están inhóspitos. Al contrario que los centros sanitarios, que últimamente no tienen más que visitas. Cacerolazos y gritos ante esta injusticia, es la única melodía que se escucha en estos días. Lleno de dolor se encuentra el ocio.
Observando con anhelo las vías de color que ahora están de luto. Esperando con ansia que el fénix renazca de sus cenizas. Hosteleros vascos vestidos de verde no agacharán la cabeza ante esta batalla, seguirán luchando por la continuidad de su negocio. Arrastran una tortura desde marzo del 2020 que nadie podrá sanar. Pocas esperanzas quedan ya, aunque hay quienes siguen viendo la luz al final del túnel. Las ayudas del Gobierno no bastarán para cicatrizar las heridas de esta pesadilla, fuertes regresarán algún día.
Muchos supervivientes no contaban con la dureza de la segunda oleada: “Vi con claridad que esto iba a suponer el peor año de mi vida como hostelero”, declaró Esteban Andrade, afectado por este infierno.
LA REPERCUSIÓN
La hostelería cuenta con un peso en la economía española
entre dos y tres veces superior al que tiene este sector en otros países.
Formado mayormente por autónomos (+30%) y pequeñas empresas
con hasta 5 empleados (~60%). Representa un 6,2% del PIB del país,
es un fundamento crítico de apoyo al turismo, otro de los pilares de la
riqueza nacional. Sin embargo, a pesar de su importancia, se trata
de una industria frágil y vulnerable a ciclos y choques económicos, como
la actual crisis provocada por el Covid-19.
Según un informe “Impacto de Covid-19 en la Hostelería en España”, elaborado conjuntamente por la consultora Bain & Company y la firma de servicios profesionales EY, los efectos de la pandemia del coronavirus podrían provocar una caída en la facturación anual del sector hostelero español de hasta 55.000 millones de euros durante 2020 (equivalente a un 40%). Además, el empleo podría sufrir también un fuerte impacto, con hasta 680.000 puestos de trabajo afectados en los momentos más grave del proceso y una pérdida estructural definitiva de 207.000 puestos de trabajo.
Este sector es relevante en todo el territorio nacional
pero con un peso particularmente alto en la economía de
algunas Comunidades Autónomas. Ha dejado unas grandes
secuelas en las calles vascas, ya que el cierre les vino por
sorpresa. Desde ese momento la vida de muchas familias
dio un giro de 180º. Después del parón debido a la
pandemia del coronavirus la apertura de las terrazas y en
su día, la fase 3 de la desescalada no supuso un alivio. Esteban Andrade, dueño del bar de Poza 40, ha sido uno de los afectados con esta situación dejando claro que al comienzo vio con “claridad” que esto era muy “grave”.
Actualmente, el Gobierno Vasco ha destinado una cantidad de 30 millones de euros para suavizar la situación que vive el sector de la hostelería desde que se decretó su cierre total el pasado 7 de noviembre donde tomó medidas como limitar las actividades socioeconómicas hasta las 21:00 horas y restringir la movilidad entre las 22:00 y las 6:00. Las ayudas podrán ser de hasta 4.000 € dependiendo del número de trabajadores con los que se cuente. Pese a esta circunstancia que ha derivado a un enfrentamiento entre el Ejecutivo de Urkullu y el sector hostelero no todos piensan igual: “Entendemos y compartimos muchas de las medidas tomadas” aunque hubiera agradecido recibir más ayudas por el daño causado y de forma “más rápida”, manifestó Nalu Poke, restaurante de Indautxu.
Fases evolutivas
Aunque aún hay mucha incertidumbre sobre la duración de esta crisis y la gravedad de sus efectos los expertos de Bain & Company y EY indican que la evolución del impacto en el sector se desarrollará en cuatro fases: Primera fase, confinamiento, situación en la que se decide un cese casi total de la actividad (con excepción de las entregas a domicilio) y de la generación de ingresos. Segunda fase, apertura restringida, fase de recuperación lenta de la actividad con el levantamiento progresivo de las restricciones. La tercera, la demanda en transición, se trata de una apertura sin restricciones, pero con pedidos limitados por el miedo al contagio y la disminución del turismo. Y la última, un cambio estructural, hablando de una recuperación de un nivel de ocupación más cercano al cómo era todo antes de la crisis, pero con la consecuencia de una menor demanda y cambios de rutina.
Fuente: Bain & Company y EY
Fuente: NIUS
BARES SANGRIENTOS
El olor a café recién molido de la mañana no se extiende desde hace días en las calles de Bilbao, tampoco se percibe por otras zonas de Euskadi. Debido al cierre y apertura continuo de la hostelería en Euskadi desde marzo los hosteleros no han pasado por su mejor situación. “Vi que sería una prueba de tensión enorme, que supondría mil malabares y mucha austeridad, así como una incertidumbre de si mi empresa sería capaz de soportarlo”, declaró Esteban Andrade, hostelero de Poza 40, situado en Poza Lizentziatuaren Kalea. El bar ofrece una amplia variedad de tapas, raciones, bocadillos y hamburguesas, además de estar ubicado en una de las calles más prestigiosas de Bilbao, Poza 40 no queda indiferente los días de partido en San Mamés.
Los hosteleros quienes se han llevado la peor parte en el País Vasco aclararon que no ha sido tarea fácil mantenerse en estos tiempos. Muchos hosteleros creían que el cierre no iba a ser más que unos meses. “Es una situación complicada”, comentó Joserra, dueño del Bar Joserra, ubicado en Particular de Indautxu. Un bar de toda la vida de Bilbao, céntrico y con muy buen ambiente, conocido especialmente por su tortilla de patata y sus champiñones a la plancha. “Pensaba que iba a durar poco, aunque nos quedemos con las navidades a medias, espero que no haya otro rebrote”, añadió.
Fuente: Internet
Al finalizar el verano muchos pensaban que iba a haber una vuelta a la normalidad, con posibilidad de abrir el negocio, sin cierres y con la clientela de siempre: “Yo creía que no íbamos a tener ningún problema y que no íbamos a tener que cerrar otra vez”, declaró Joserra. Por otro lado, hay quienes temían lo peor y no veían fin a la situación: “Tenía claro que era flor de un mes o dos, no se estaban haciendo las cosas bien, no había vigilancia, las medidas eran incoherentes, era ya un fracaso anunciado”, indicó Esteban Andrade.
Esta medida no solo afectó al empleo de los hosteleros, sino también a su vida personal, la tensión provocada en esta situación afecta a todos los ámbitos de cualquier hostelero o autónomo afectado por la pandemia. “Vivimos de esto y cuando no puedes hacer nada para mejorarlo, la impotencia es devastadora”, declaró Esteban Andrade. Por otro lado, se han reclamado las ayudas del Gobierno, ya que muchos bares al tener que pagar el alquiler del local y no poder estar abiertos no les llega para cubrir todos los gastos. “Las ayudas del Gobierno, son entre pocas y ninguna, ya que están llenas de condiciones ridículas y están acotadas a un presupuesto que no llega a todos”, añadió. Joserra también reclama una ayuda: “Nos han dicho que nos iban a dar unas ayudas y a la espera estamos de a ver si las cumplen”.
Fuente: Internet
A pesar de no estar pasando por su mejor momento, los hosteleros de Euskadi no pierden la esperanza de que en 2021. “En marzo vaticine que empezaríamos a mejorar en un año completo, con lo cual tengo la esperanza de haber acertado. Espero que a partir de marzo o abril empecemos a recuperar paulatinamente todos, nuestras vidas”, declaró Esteban Andrade. Además de querer volver a la normalidad, esperen que la situación sanitaria mejore en todos los aspectos: “Pensaba que iba a durar poco, aunque nos quedemos con las navidades a medias, espero que no haya otro rebrote”, comentó Joserra.
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SALTAR AL VACÍO
La situación de la hostelería en el País Vasco ha sido muy complicada desde que empezó la primera oleada en marzo. Muchos comercios tuvieron que echar las persianas temporalmente. Al comienzo de la pandemia las expectativas de los hosteleros eran: “Al igual que el resto de ciudadanos”, comentó el restaurante Nalu Poké, “Concebimos la pandemia como algo que duraría entre 15-30 días. Por lo que confiábamos en cerrar durante ese tiempo y después recobrar una normalidad total”, confesó. Pero no fue así, la pandemia se convertía en algo cada vez más serio y prolongado en el tiempo, ha venido para quedarse. Las persianas quedan cerradas, las mesas desnudas y la cocina sin vida, es así cómo lucen cientos de locales vascos.
Fuente: Internet
Cuando volvieron a abrir la hostelería la actitud de los clientes cambió pasado los meses: “Al principio todo era incierto y se notaba que la gente tenía miedo a consumir”, comentó el restaurante Nalu. Sin embargo, con el paso de las semanas, el consumidor ha sabido adaptarse al momento que vivimos y a la forma de consumir que nos obligan las nuevas medidas, afirmó Nalu Poké. Con las nuevas medidas de prevención el número de aforo ha sido inferior en los comedores y en las barras: “Sólo podíamos al principio del COVID un 30% de aforo”, comentó Alberto Herrera, dueño del jardín. Más tarde el aforo pasó a ser del 50%, las condiciones eran “bastantes malas”, agregó.
Fuente: Internet
Una vez pasada la primera ola muchos hosteleros pensaban que mejoraría la situación antes del verano: “Creíamos que iba a mejorar todo, pero cuando a lo largo del verano vimos que seguíamos sin aplicar las medidas de prevención, sobre todo en el ocio personal, ya nos esperábamos una segunda ola”, comentó Nalu. La segunda ola acechaba si o si, en España lo que no se esperaban era que “se iba a cerrar la hostelería”, confesó el dueño del jardín.
Sobre este sector el mandatario vasco ha reconocido que será el más afectado por la nueva situación. Ha recordado que el Ejecutivo que preside mantendrá vigentes las ayudas previstas para la hostelería. Se reunirá con los afectados para mejorar su respuesta económica para paliar las pérdidas que el cierre les va a ocasionar. “La hostelería no es la culpable [del incremento de casos] y no se puede estigmatizar a este sector, pero es un ámbito en el que el riesgo de contagio es mayor", afirmó para justificar el cierre de restaurantes. Sin embargo, el jardín ante esta situación comentaba que: “Las medidas que ha tomado el gobierno me parecen nefastas porque no nos han ayudado en nada”.
Con esperanzas
El 2020 está siendo un obstáculo. El Covid-19 no hará que las esperanzas de estos hosteleros vascos decaigan. Las ansias por obtener buenas noticias siguen estando a la orden del día. Muchos a la espera de la primera comercialización de la palabra mágica “la vacuna”, comentó Alberto Herrera. Algunos ven claro que hasta que no dispongan de ella les esperan más “olas de contagios” y “restricciones”, confesó Nalu.
Muchas son las personas afectadas debido a la crisis que se vive en Euskadi. Según los últimos registros recogidos en Eustat el número de trabajadores por cuenta ajena en octubre, son 49.000 personas (9% menos de los que había el año pasado), la cantidad de autónomos es de 15.000 dados de alta, un 1,5% menos. En Bizkaia, son aproximadamente 24.400 trabajadores por cuenta ajena (8% menos que los que había), 7.700 autónomos (1,2% menos) y en total unos 32.000 personas dadas de alta que es un 6,4%.
María Dolores Casas, coordinadora de Comisiones Obreras explicó sobre las financiaciones a los hoteleros: “Las ayudas van en función del número de trabajadores dados de alta en el negocio, van desde los 3.000€ (1 a 3 trabajadores), 3.500€ (4 a 10) y 4.000€ (+10)”.
Al contrario que Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, quien argumentó sobre ellas que: “ No son ayudas porque al final lo tendré que devolver, tarde o temprano”, además añadió que lo que no se “vende ahora” no se “venderá después”.
APOYO LIMITADO
El enfado de este sector, uno de los principales damnificados por las últimas restricciones ante la pandemia que ha incluido el cierre total de bares, se ha sentido en muchas de las calles vascas «Sin rescate, tod@s desaparecemos», rezaba la pancarta que encabezaba una multitudinaria manifestación. “Es algo que ha afectado a todo el mundo”, agregó Héctor Sánchez.
Ante esta situación el Gobierno vasco tomó una serie de medidas para el cierre total de la hostelería y la restauración, con la salvedad de los comedores de hoteles, áreas de servicio, centros sanitarios, comedores escolares y de empresas. Solo podrán preparar y servir comidas a domicilio con cita previa hasta las 21.00. El Ministerio de Sanidad ha recomendado no reunirse en sitios cerrados, siendo esto un foco principal de contagio. Héctor Sánchez ante la actitud que se tiene en espacios públicos opinó que: “Las personas cuando están en un local hostelero se comportan aunque sea algo mejor por lo menos, por el qué dirán, tratan de seguir las normas, ponerse las mascarillas…”.
Según la Asociación de Hostelería de Euskadi antes del cierre hicieron una valoración sobre las ayudas necesarias a la hostelería, calcularon unos 187 millones de euros. El Gobierno vasco ha dado unos 45 millones en total. Además, se sumaron las del Ayuntamiento. “Todo lo que se reciba bienvenido sea”, añadió el gerente. El Bar Joserra indignado ante las diferentes situaciones que conoce confesó que: “Hay gente que tiene que pagar alquileres más préstamos de obras, y lo están pasando mal”.
“Vive Bilbao”
Alrededor de 500 comercios de Bilbao se han sumado a una iniciativa propuesta por el grupo Bilbao Centro, campaña llamada “Vive Bilbao”, una forma de animar a la ciudadanía a comprar. Jorge Aio, gerente del grupo Bilbao Centro, declaró sobre la campaña que: “Con el lema lo que queremos trasladar es que Bilbao es mucho más, vivir Bilbao, comprar en sus comercios, disfrutar de su hostelería, de sus iniciativas y de su ambiente”. En un momento como el actual el futuro del comercio depende de la compra de cada una de las personas que vivimos en Bilbao, añadió Jorge.